Fui al último concierto de Soda en el nacional el 97. Tenía 16 y muchos recuerdos de mi primera infancia con mi vieja escuchando Soda. De ahí que me gustaba por que la música de la infancia marca la vida. Aunque nunca fui fanática siempre me gusto y había que ir al ultimo (y primero para mi) y cantar las canciones en vivo en la cancha saltando apretados. Era el ÚLTIMO, había que estar.En esos años la farándula se estaba recién gestando, aun no teníamos indicios de las estrategias de los artistas para figurar y ganarse sus lucas a costa de la manipulación emocional. Pero hoy en día en nuestra precaria farandulilla hay varios que ya nos han mostrado que ir y volver una y otra vez tiene su saldo a favor. Aunque aburran.
Ahora que es la vuelta de Soda (bastante luego a mi parecer) parece que me da ene latita estar. Ir sería el equivalente a aceptar ser manipulada mediáticamente en pos de una suculenta jubilación para Charly, Zeta y Gustavo. No es que me moleste que se hagan millonarios con esta estrategia, mal que mal cada uno ve como se hace sus millones, pero para mi Soda es la música de mi infancia. Es mi mamá. Es sentimiento. No la voy a manchar con este show digno de vuelta de matrimonio farandulero para sacar portada. No me voy a perder de nada.
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